Es muy frecuente en la cultura popular mundial y por supuesto en la nuestra, la de la Península Ibérica, el dotar de títulos nobiliarios a personas, animales y cosas.
El Rey del Pop, la Reina de las Frutas, del Carnaval, de la Selva, del Motociclismo... y por supuesto, ahí están nuestros animales.
Tenemos desde el gran duque (búho real) a la reina de las aves (águila real). La emperatriz (águila imperial ibérica), el príncipe del matorral mediterráneo (lince ibérico)... Pero aunque el águila real sea la reina de las aves, la reina de la campiña el sin duda, la perdiz roja.
Nuestra patirroja se ha ganado por méritos propios ese título. Ave con una una forma de ser única: llamativo su canto, veloz su vuelo, ágil su caminar, potente musculatura, fiereza en la lucha, fértil en su legado... sin duda, un ave única. Algo que la hace ser admirada y codiciada, su valor es su condena.
Pocos sonidos hay más típicos en la campiña que el de la perdiz roja: "cuchichí cuchichí cuchichí", canto que alimentó la inspiración a rústicos trobadores para construir onomatopeyas con él:
De Cabra
(Córdoba)
“Por esta
estacá, por esta estacá, por esta estacá…”
Es lo que la perdiz de reclamo le dice
desde el pulpitillo a la perdiz salvaje, indicándole por qué camada o estacada
de olivos se ha acercar para que le entre en condiciones al cazador escondido
en su puesto de caza.
De
Peñarandilla (Salamanca)
“Cuarenta
tajás, cuarenta tajás, cuarenta tajás…”
Quiere decir “cuarenta tajadas”, una
onomatopeya que se adapta muy bien al canto aunque no se le da un sentido
concreto.
Portell
de Morella (Castellón)
“Pillo, pillo, pillo...”
Es lo que dice la perdiz cuando
espantada, huye asustada, como diciendo:
“Pillastre”,
“picaruelo”...que me has descubierto.”
De Baeza
(Jaén)
“No se
puede vivir, no se puede vivir, no se puede vivir,…”
Cuando se espanta un bando de perdigones
salen despavoridos con su característico “pipipipi pí” repetitivo a modo de
queja, pues así, ¡no se puede vivir!
Aunque no podriamos dejar sin reseñar su presencia en los cuentos y fábulas, donde también ocupa un lugar destacado:
Es graciosísimo el cuento de Las Perdices de las Ánimas:
Existe un
cuento muy antiguo de un cazador muy devoto de las ánimas del purgatorio pero
de muy desgraciada puntería, el cual, yendo de caza, acertó a encontrar a tiro
dos perdices juntas paradas. A tan agradable vista, dijo echándose a la cara la
escopeta:
- Ánimas
benditas, si mato a las dos, una será para vosotras.
Esto
dicho, disparó; mató una, y viendo a la otra escapar incólume, exclamó:
- ¡Vaya
un paso que lleva la perdiz de las ánimas!” (15)
Este cuento se cuenta sustituyendo la
perdiz por el conejo, que es su versión original, titulándose “el conejo de las
ánimas”, lo que ocurre es que en algunos lugares se ha cambiado el mamífero por
el ave.
Fantástica entrada Antonio.....
ResponderEliminarGraciassssss Rafael!!
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